Las Flores de la Cibernética Arquitectónica.
Los seres humanos somos criaturas flexibles y adaptables,
así nuestra arquitectura y ciudades demuestren lo contrario.
— Ricardo Franco.
Sentado en un lugar que tiene aire a algún escenario maquinal de Tim Burton, charlo con un personaje que sonríe y se frota la cara cuando le pregunto sobre el objetivo fundamental del trabajo que realiza el grupo de investigación “Estructuras Adaptables”, a lo que contesta: la arquitectura debe dar cuenta del momento histórico, por ende debe responder a los nuevos modelos que derivan de la comunicación de masas, el hogar como sitio de trabajo y la economía mundial, por tanto la arquitectura no puede continuar proyectándose con las premisas del siglo pasado, debe acomodarse a las necesidades del entorno y del hombre actual.
Este personaje tranquilo y observador, es Ricardo Franco, docente y director del Grupo de Investigación de Estructuras Adaptables del programa de Arquitectura de Interiores de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Egresado de la Universidad Nacional y poeta maldito anacrónico, se graduó en el 2002 con la primera tesis investigativa de su universidad “La adaptabilidad Arquitectónica a Partir de la Movilidad Estructural” con la que obtuvo la Tesis Meritoria que pasó luego a ser un libro educativo publicado en diferentes medios.
Paralelamente a esta tesis realizó la investigación “Estructuras Adaptables a Partir de Procesos Mecánicos y Cibernéticos” y actualmente se dedica a la investigación “Estructuras Adaptables Aplicadas a la Vivienda”. Su trayectoria como investigador ha sido muy productiva y se sustenta en un buen número de objetivos y galardones alcanzados.
Cuando se le pregunta sobre su equipo de trabajo, comenta que el noventa por ciento se debe al trabajo de los estudiantes quienes se han apropiado del conocimiento y han aportado con ayuda de sus conocimientos elementos clave para la investigación; el los concibe como los instrumentistas de una orquesta compuesta por estudiantes tadeístas de arquitectura de interiores, diseño industrial, diseño gráfico y bellas artes, dirigida por él y su co-investigador.
El grupo de estructuras adaptables se proyecta a futuro como un grupo que busca lograr publicaciones académicas de los resultados obtenidos y poder proyectar una empresa tadeísta que permita llevar los prototipos a producción y por ende a su implementación, ofreciéndole al país mejores condiciones de vida por medio de productos que solucionen necesidades y mejoren el desempeño de los espacios.
El interés por las estructuras adaptables surge de ver los cambios derivados de la nueva tecnología, y del encuentro que tuvo Ricardo con el concepto de cibernética en los 90s, pues esté cambió su forma de ver la vida al comprender que todo lo que vive es cibernético. Esta cuestión lo llevo buscar la forma de darle vida a la arquitectura por medio de aplicar ese concepto en sus futuros trabajos.
En ese proceso descubrió que una estructura adaptable tiene un funcionamiento mecánico que debe responder a una necesidad que se genera de un cambio en el medio, y no por un azar o un capricho. Esta idea lleva más de diez años girando en su mente, para generar unos prototipos en los que la mutación se genere por razones resultantes de información recolectada del ambiente, y procesada para reaccionar frente al mismo por medio de mecanismos.
Por último cuando le pregunto sobre su persona, comenta que lleva como treinta años preguntándose realmente quién es. Con una sonrisa maliciosa recuerda que guarda en su casa algunos libros que recopilan su trabajo poético, volúmenes que considera que se harán conocer solos.
Si desea obtener más información acerca de esta investigación escriba a: ricardo.franco@utadeo.edu.co